Porque con los dos patitos recién cumplidos ya conozco la verdadera cara del mal.
El diablo se presenta ante mí en forma de Muffin de cacao con pepitas de chocolate. Una bomba calórica que equivale a las comidas de toda una semana. Herramienta diabólica fulmina diabéticos y crece culos sin control.
La culpa de todos los males las tienen ellas, las irresistibles magdalenas. Sus obscenas curvas que incitan violentamente al pecado y sus deliciosos trocitos de chocolate que nos hacen experimentar un placer exorbitado: una explosión de sabor que se extiende por cada papila gustativa hasta llenar tu boca de una sensación orgásmica.
Su concentración paranormal de chocolate las convierten en el mejor substitutivo del sexo (junto a los brownies). La natalidad desciende y nos conducen, irremediablemente, a un mundo envejecido sin suficientes manos jóvenes para asistirnos a todos adecuadamente.
Sé que el mundo va mal porque Dios nos castiga por caer en esta tentación, aunque él es piadoso comparado con mi conciencia.
Porque mi conciencia es una hija de puta con mayúsculas y no olvida. No olvidará ese Muffin en mucho tiempo.
Y cada vez que me suba a una báscula aprovechará para recordármelo.
A todas las mujeres del mundo que intentan mantener una dieta equilibrada y no lo consiguen. Sobre todo a Mar, la chica que se alimenta de microensaladas y piña y cuando se despista tiene un bollo de chocolate en la boca.
4 comentarios:
Has probado a meterlo 10 segundos en el microondas? las pepitas se derriten, medio funden.
Si, buena forma de llamarlo: Conciencia
¡Qué mala persona!
Ahora tendré que comer otro muffin para deleitarme con esa delicia infernal.
¡Ya me vengaré!
xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
A mi me pasa eso con los bombones Lindorrrrrrrrrrrr >____<
Suave y cremoso chocolate por dentro.... NUNCA TENGO SUFICIENTEEEEEEEE
ERES UNA ZORRAAAAAAAAAAAA jajajajajaja y encima ayer por tu culpa me cebé!!! xDDDDD
PD: Felicidades ¬¬ xDDDD
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