Amores perros

La amistad es un bonito tesoro que a veces es para bien y otras para mal. Cuando haces un amigo se alcanza cierto nivel de confianza (también llamado pérdida total del respeto) que da unos privilegios que los conocidos no pueden ni aspirar. El verdadero amigo es aquel que se mete contigo y se ríe de aquellas pequeñas y avergonzantes putadas que nos da la vida.

Yo soy una buena amiga. Cuando le pasa algo avergonzante a alguien a quién aprecio no siento ningún tipo de duda, ni de remordimiento, me río de esa persona en su cara. Eso sí, con ella... la mayoría de las veces.

Con este ejercicio de humillación privada (o pública, depende del momento) ejercitamos los músculos de cara y estómago en cada carcajada; preparo psicológicamente a mi amigo para la dura vida "post-estudiantil", ya que la humillación en el entorno laboral puede llegar a ser una constante, y entreno su sentido del humor, le hago ver la vida desde una perspectiva más positiva. Reírse es bueno y si es de uno mismo nos ayuda a afrontar mejor la realidad.

Así que, cuando ayer el perro de una amiga mía le hizo el "amor" a otra compañera, no tardé en reírme a carcajada limpia al ver el resultado de esa esporádica relación repartido por el suelo. Comentario a comentario acabé tirada en el sillón, llorando, e incapaz de levantarme... con material fresco para utilizar con ella el resto de mi vida.

Venga cariño, que no es nada, el amor no entiende de edades, ni de sexos, ni de especies. Espero que tú y Cody seáis muy felices. Se nota que te ama por la profunda mirada que te dedicaba después del coito.

Reirse es bueno y si es de los amigos mucho mejor.

Un plus, fragmento de una conversación de ayer:
Cuando la dueña va a reñir al canino por haber mancillado la pierna y parte del suelo en su apogeo sexual.

- Es que me da pena, es como si me riñeran a mí por hacer el amor con XXXX.
- La diferencia es que XXXX es de tu misma especie.