Porque no tiene gracia, pierde la magia y el color. Me gusta tomar ambas cosas en un bar, sola o acompañada, disfrutando del ambiente, del sonido de la máquina al calentar la leche, el murmullo incesante de los vecinos de mesa.
Me gusta el café en compañía por la conversación, las pequeñas bromas, las partidas de magic y por romper el sobrecito de azúcar en mil y un pedazos.
En solitario me gusta centrarme en mi lectura, sea una novela, algún libro de clase o un periódico. Otras veces prefiero llevar papel, lápiz y bolígrafo y dejar volar mi imaginación. Valen tanto historias como dibujos. De vez en cuado distraerme observando el trabajo de los camareros, a otros clientes o a la gente que pasa distraída por la calle. Analizarlos y conocerlos por sus gestos y expresiones, me divierte.
En casa no tengo todo eso. Tengo té y café pero no conversación ni caras desconocidas. Solo me queda aquel brebaje que misteriosamente está especialmente asqueroso. ¿Por qué no sabré hacer café decente?
1 comentario:
Yo no soy capaz de comer ni tomar algo solo en un bar o restaurante: Pienso que todo el mundo me mira por estar solo y murmuran: Has visto a ese que está solo?
Voy a tomarme la pastilla, je je
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