
Tras un título horriblemente traducido como Pozos de Ambición, Paul Thomas Anderson (nominado en las categorías de mejor dirección y mejor adaptación) nos presenta un drama ambientado en "boom" del negocio del oro negro a finales del siglo XIX: cuando la extracción de petróleo en California era una carrera a contrarreloj.
La historia nos muestra el declive moral de Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis). Cómo, a raíz de un accidente que le aleja irremediablemente de su hijo, la ambición, la avaricia, la competitividad, el éxito y la soledad, corrompen cada aspecto de su vida.
A pesar de que el metraje me resultó demasiado largo, he de decir que la película me encantó.
El enfrentamiento entre los personajes de Daniel Plainview y el predicador Eli Sunday (Paul Dano) es genial. Sus tensiones se mantienen hasta el último momento y la interpretación de ambos actores es sublime, son de destacar los ataques de ira del primero y los sermones del segundo (me provocaron escalofríos).
La historia engancha totalmente gracias a que la personalidad del protagonista te hace estar expectante a la tragedia que se intuye. Otros ganchos del film son las estratagemas que realiza Daniel para conseguir sus objetivos y mejorar en el negocio y la evolución de su personaje a lo largo del film.
There will be blood tiene muchas posibilidades de llevarse el Oscar a la mejor película y Daniel Day-Lewis el Oscar a mejor actor... ¿Debo apostar por ellos en mi pequeña porra personal?
1 comentario:
Me la apunto, que tengo al cine muy olvidado... ya te contaré si me ha gustado o no (y prometo no reñirte si no :p ).
Un saludete de viernes a diez minutos de dalir del curro y empezar el fin de semana...
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