Este fin de semana fui a ver Comentas en el Cielo (The Kite Runner), una película basada en un bestseller de Khaled Hosseini, un Afgano-americano cuya obra está ambientada en su país natal.
Este film es un claro ejemplo de cómo algo que pretendía provocar el llanto acaba tan sólo en una historia que conmueve pero que no nos desmorona.
La amistad de Amir y Hassán sirve tanto para tratar la necesidad de superar las barreras del miedo para mejorar como persona y obtener la redención, como para comparar y retratar la sociedad afganistana antes y después de la invasión soviética y de que el gobierno Talibán impusiese sus leyes y su extremismo sobre todo el territorio.
Es también remarcable la nostalgia de los afganos que se vieron obligados a huir durante la invasión rusa, su deseo de volver a un lugar que ya no existe en cuyo lugar tan solo se puede encontrar tierra yerma llena de represión y dolor.
En general el film me gustó, sin embargo no es una de esas películas que marcan de por vida e invitan claramente a la reflexión. Además, a pesar de ser tan dramática, no logra provocar el torrente de lágrimas que se pretende, conmueve al público pero no consigue hacerle llorar.
4 comentarios:
Vale, la tengo, dos versiones una sub ingles y otra... que creo que no es la que toca... ya comentare cuando la haya visto.
"Conmueve al público pero no consigue hacerlo llorar": gran definición.
Yo ya fui a ver No es país para viejos, con casi un mes de retraso xD Bardem lo clava.
No m llama demasiado... pero quizás caiga.
Bsos ***
uf, es la típica peli que me apetece ver, me bajo de internet, y se me acumula en el disco duro, siempre esperando el momento en que me apetezca ver un drama.
Tengo pendiente de hace más de un año, "Las tortugas también vuelan", hasta entonces... me niego
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