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lunes, abril 14, 2008

El Club de los Desgraciados y las charlas trascendentales

Hace ya unos años que se disolvió el club, pero hoy en día aún lo echo de menos.

El Club de los Desgraciados estaba compuesto por cinco personas que, por unas causas u otras, no nos encontrábamos en nuestro mejor momento. De ahí que en una inocente broma surgiera el nombre que nos bautizaría tal y como nos sentíamos.

Cuando empezamos a quedar la mayoría apenas eramos amigos íntimos, otros ni se conocían. Sin embargo, de esas reuniones surgieron grandes amistades y amores que posiblemente nunca desaparezcan.

Solíamos vernos a las siete de la tarde en el Valhalla, una cervecería del casco antiguo de Palma que ofrece un candor y una sensación de privacidad especial, para reír, llorar y reflexionar entre cerveza y cerveza. Cuando ya teníamos la sangre templada por el alcohol íbamos a cenar un kebab y, si no nos íbamos de marcha, acompañábamos a Biel a la estación del tren.

Creo que en esas reuniones hablamos de todos los temas habidos y por haber. Tratamos el por qué de las cosas, del comportamiento humano, de la política, del destino, de la existencia de Dios y los seres fantásticos, del universo y de todas las cosas que habitan en él. Charlas que si no fueron profundas no debieron ser nada.

Añoro esas tardes de divagaciones filosóficas. Llevo tanto tiempo sin hablar de cosas realmente trascendentales que temo haber olvidado cómo se hacía, el proceso con el cual enlazaba una opinión con otra hasta formar una idea digna de articular: reflexionada, lógica y coherente.

Evoco esos días porque me doy cuenta de que necesito que me hagan pensar para no sentir el hastío rutinario de cada día, que alguien esté dispuesto a tomarse una caña conmigo y decirme lo que piensa sin tapujos, sin miedo a ser juzgado, para darme la confianza para hacer lo mismo.

Porque aunque los temas profundos pueden tratarse con cualquier persona, muchas veces no se encuentra la confianza, el tiempo o el momento para hablar de ellos y otras tantas la relación que se tiene con la otra persona no da para ello y nunca se llega a tocar el tema ni superficialmente.

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7 comentarios:

Carcayú dijo...

Te entiendo y te envidio.
Hace algunos años perdí contacto con mi grupo de colegas por ciertos problemas generados por una oveja negra que se nos coló y me quedé un tanto solo.
Durante mucho tiempo no sentí especial apego por nadie. Me caían bien algunas personas, pero no habría matado por ninguna de ellas.
Sin embargo, todo acaba volviendo a su cauce y el tiempo pone a cada cual en su lugar.
Un par de aquellas nuevas personas que conocí y "me caían bien" (una pareja realmente encantadora) han acabado ganándose un hueco dentro de mí y, si bien no quedamos tanto como me gustaría, sí que aprovechamos el tiempo que pasamos juntos (hayan más o menos personas con nosotros).
De modo que no te preocupes, tarde o temprano encontrarás algo igual o mejor (quizá ya no seais "Desgraciados")

Anónimo dijo...

Al igual que "Carcayú", yo también te comprendo. A lo largo de mi vida he tenido que viajar mucho y perder muchos grupos de amigos.
En la actualidad, tengo suerte, no me puedo quejar, pues tengo a gente que bien se les puede llamar grandes grupos o bien clubs como tú lo has hecho.

Si vuesa merced espera, verá cómo sin darse cuenta estará en otro club selecto. Y si no, que leches, creo que los que comentamos en tu blog podemos montar una sociedad limitada o anónima o yo que sé XDXDXDXD.

Un abrazop

Dr. Fleming dijo...

Oh, joder.
Para seguir con la tónica (y porque es verdad), yo también te comprendo.
Por suerte, puedo tener a veces ese tipo de conversaciones, pero casi nunca presencialmente. Teléfono, texto... Por enorme distancia (mi mejor amiga vive desde hace unos años en Florida, USA), falta de disponibilidad (soy un patán organizándome el tiempo), ocasional insociablilidad por mi parte, etc... Pero parece que poco a poco voy aceptando el hastío rutinario y el romperlo sólo esporádicamente mediante, yo qué sé, hacer algo "guay" o relativamente atípico. De conversaciones profundas poco. No sé si eso cambiará pronto.

Y qué guay lo del club, por irónico que parezca. A mí muchas veces me gustaría estar en uno así, ahora que lo pienso.

Aunque no estoy de acuerdo en que los temas profundos puedan tratarse (adecuadamente) con cualquier persona.

Kaworu dijo...

Yo estoy dispuesto a ir a tomarme una o mas cañas. Pero sin pasarme, que la ultima vez no fue agradable XD

Déägol dijo...

Es duro cuando el tiempo y la distancia te separa de la gente con la que has pasado mejores momentos. Pero siempre queda alguien con quien compartir inquietudes, después de todo.

Silvia dijo...

¿Sabéis aquello de mal de muchos consuelo de tontos? Pues yo debo ser tonta, pero de remate, porque me siento exactamente igual que vosotros. Diría mucho más, pero creo que este comentario tuyo Jill daría para un par de reuniones de esas, sean virtuales o no.

Jill dijo...

Carcayú: La verdad es que tengo amigos íntimos, pero no solemos hablar de estos temas y, realmente, es lo que echo de menos.

Y bueno... sé perfectamente lo que es que un grupo de amigos se separe por una oveja negra o un suceso inesperado.

En mi caso: corté con mi ex y se causó la catástrofe. :_D

Supongo qu era algo que tarde o temprano pasaría.

Alfrodo: La verdad es que como sociedad limitada y anónima seríamos bastante encantadores. Todos con un perfil de gustos bastante parecidos y comunicándonos a base de posts, comentarios, mails...

Me pregunto dónde estará el señor Amman. T_T

Dr. Fleming: Piensa que cada persona se ha planteado en cierto momento ciertas cuestiones claves para su existencia, almenos en la adolescencia. Sino... siempre se le puede hacer pensar por primera vez en ello y causarle el mismo malestar interno que sufres tú. :D

Kaworu: ¡Qué gran noche aquella! Aún recuerdo tus mejillas sonrojadas por el alcohol >_< ¡Qué tierno!

Podríamos algún día hacer quedada otra vez e inflarnos a cervezas de nuevo.

Déägol: Realmente a dos del grupo los tengo siempre cerca, lo que pasa que nunca se da el momento de hablar de nada de esto. No sé, es raro. Quizá hemos cambiado demasiado o algo.

Silvia: Mira que te tengo en la misma carrera y aún no te conozco. >_<

A veces voy por el edificio preguntándome si me estoy cruzando contigo y, otras, al oír que la profesora llama a alguna Silvia, me pregunto si serás tú u otra.

Es más, en mi mismo ordenador de TE2 hay un perfil de una Silvia que me carcome interiormente. x_D