- ¡Dios! Mamá, ¿Por qué sirves la sopa tan caliente?
- Porque teníais hambre.
- ¿Pero es que me querías matar? ¡Tendría que salir el espíritu escaldado de la sopa y darte de ostias!
- ¿El espíritu de la sopa?
- El del último que murió al tomarse una sopa tan caliente, un hombre de cabeza de olla y cuerpo de cuchara.
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