Hemos llegado al aeropuerto de Praga allá por las 19:30, donde un desconocido tenía que venirnos a buscar para llevarnos (de gratis) hasta el hotel. Al principio ha sido estresante porque no le veíamos, afortunadamente ha acabado apareciendo y nos ha llevado haciendo un pequeño recorrido por la ciudad. Un recorrido mortal, a gran velocidad y pasándose por el forro las señales de tráfico. Mi freno imaginario no frenaba.
Praga es preciosa, hemos quedado totalmente encantadas con la ciudad, parece de cuento. Las casas parecen comestibles, de caramelo, tipo Hansel y Gretel.
Al llegar al apartamento nos ha recibido nuestro casero, nuestro primer macizorro checo. Rubio ceniza, ojos azules, nariz rojiza y un rostro digno de un ángel... y con un inglés que rozaba la perfección. Tras una pequeña explicación sobre los puntos de interés de la ciudad y un par de recomendaciones sobre nuestras carteras, se ha marchado dejando a nuestra disposición un apartamento en el que se podría vivir perfectamente (y de p*** madre).
Hemos desecho las maletas y descubierto que el candado del equipaje de Psicótica había sufrido las consecuencias de un maletero avaricioso: lo habían intentado forzar y roto la cerradura. Tras una lucha a muerte con el mismo, Edea se ha armado con un cuchillo y dando muestra de sus raíces gitanas lo ha abierto. Boqueabierta m'he quedao.
Praga es preciosa, hemos quedado totalmente encantadas con la ciudad, parece de cuento. Las casas parecen comestibles, de caramelo, tipo Hansel y Gretel.
Al llegar al apartamento nos ha recibido nuestro casero, nuestro primer macizorro checo. Rubio ceniza, ojos azules, nariz rojiza y un rostro digno de un ángel... y con un inglés que rozaba la perfección. Tras una pequeña explicación sobre los puntos de interés de la ciudad y un par de recomendaciones sobre nuestras carteras, se ha marchado dejando a nuestra disposición un apartamento en el que se podría vivir perfectamente (y de p*** madre).
Hemos desecho las maletas y descubierto que el candado del equipaje de Psicótica había sufrido las consecuencias de un maletero avaricioso: lo habían intentado forzar y roto la cerradura. Tras una lucha a muerte con el mismo, Edea se ha armado con un cuchillo y dando muestra de sus raíces gitanas lo ha abierto. Boqueabierta m'he quedao.
Tras nuestra pequeña odisea con el equipaje, hemos ido a cenar. Dios mio, como mola Praga. Hemos pedido tres entrantes y descubierto que lo que aquí se llama entrante en España es un plato completo de los que te dejan al borde del coma por la plenitud estomacal. La cerveza aquí es un néctar de los dioses y el precio...
Golubci: 4€
Medio litro de cerveza: 1€
Haced vosotros las cuentas.
Mi cena:
Pd.: Hemos bebido cerveza y comido pretzels en Alemania. :D
9 comentarios:
Uaaah, qué envidia >.<!!
Diooooox, os odio con amor T_T
Oich, la envidia me corroe x3
Qué puta, yo quiero >__<
Jo, como mola. Ya me habían dicho que Praga era super barato (al menos la comida). Pues nada, ¡a disfrutar!
que chulo no? a ver si cualgas fotos del lugar, ademas de la del pan bukkakeado ese XD
Procesando fotos. :)
Post dedicatorio a Praga en un rato largo. xD
Wooo me lo apunto como futura visita.
Tenía buena pinta el plato :D
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